La NASA probará el combustible y el sistema de propulsión por primera vez en la Green Propellant Infusion Mission (GPIM), que se lanzará en un cohete SpaceX Falcon Heavy. La misión demostrará las características excepcionales de un combustible verde de alto rendimiento desarrollado por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) en la Base Edwards, California.]
El manejo del líquido requiere estrictas precauciones de seguridad: trajes de protección, guantes de goma gruesos y tanques de oxígeno. La GPIM promete menos restricciones de manejo que reducirán el tiempo que lleva prepararse para el lanzamiento.
Otra ventaja del combustible verde es el rendimiento, ya que es más denso que la hidracina y ofrece casi un 50 % más de rendimiento. Esto significa que las naves espaciales pueden viajar más lejos u operar por más tiempo con menos combustible a bordo, ayudarán a mejorar la forma en que se diseñan y operan los satélites. Además, existe un potencial para que esta tecnología se use para una variedad de misiones lunares dentro del programa Artemisa, pero primero debe demostrarse en el espacio.